SIEMPRE A PUNTO DE CAER

SIEMPRE A PUNTO DE CAER

viernes, 19 de noviembre de 2010

Dolores de Corazón

Es tanta la angustia que se nos queda atada al pecho, como si fuera una gran planta que nos crece por dentro y
que no nos deja respirar porque absorbe todo tu aire, que nos oprime el pecho y nos hace sentir menos vivos.
Se trata de imaginar tu muerte a cada momento, y de sentir que las personas que están a tu alrededor, incluso aquellas a las que amás, están a punto de atacarte. Es una situación desesperante y decepcionante, tenerle miedo a tu pareja,o incluso a alguien de tu familia.
Los síntomas son peores aún cuando la realidad se distorsiona, y lamentablemente este proceso me viene acompañando desde muy muy temprana edad. Sentir que uno se achica y se agranda, que su cuerpo y la materia del mismo se modifican. Los niveles de percepción cambian e imaginás cosas donde no las hay, mientras la muerte te sigue persiguiendo en la cinta del gimnasio, en el colectivo o en tu cama.
Tener ataques de pánico significa más allá del pánico que producen cuando aparecen, tener miedo constante por saber que en cualquier momento pueden aparecer. Significa sentir que tu pecho se está cerrando y que tu corazón va a dejar de latir en cualquier momento. Significa hacerse miles de estudios coronarios y que en todos digan que estás perfecta, que no tenes ningún tipo de riesgo ni afección y que a pesar  de eso, tu mente sigue creando situaciones de dolor.
Más difícil es aún, cuando somos dos los que tenemos miedo.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Elefantes

Venía pensando en que tan invisible puede ser el gris del asfalto cuando un celeste tan puro contrasta con el verde claro de las hojas recien nacidas. Bastaron un par de hondos suspiros para llenar de optimismo un Viernes no muy distinto a los demás, donde hasta  las horas de caminata parecían no caerle mal. Todo parecía tan claro que nada podía quebrar este día, las calles de Buenos Aires sonreían para mi bañanadas en una brisa tan fresca que llenaba los peores vacíos. La música hacía su trabajo endulzando mis oídos y los pensamientos disparaban hacia cualquier lado de la mente, felices.
Mientras pensaba en el azar y en ciertas probabilidades caminaba sin tratar de pensar en el mes próximo, sabiendo que quedan muchos días para pensar en eso. Hoy no, hoy no era el día indicado para las preocupaciones, pero esta vez, basto con solo cruzar la calle, y al grito de "estúpida" comenzar a desparramar tristeza en mi cielo, en las hojas, en este Viernes.